Llevo pensando bastante tiempo en publicar un artículo que os ayude a dibujar mejor sin caer en la tentación de ofrecer lo que tanto abunda cuando buscamos en la red esa receta mágica, que creemos vamos a encontrar, para convertirnos en unos excelentes dibujantes de la noche a la mañana.

Más que nada, porque si todo consiste en dibujar más y más y en hacer muchos ejercicios, de trazos, de edificios, de personas, de animales etc. como casi siempre nos aconsejan cuando buscamos “cómo dibujar mejor” en Google, es como decir que para aprender a pintar hay que pintar mucho y cuanto más mejor. Es una obviedad.

La experiencia me dice, en el devenir diario de un estudio de pintura dedicado a la enseñanza, que el dibujo es siempre una asignatura pendiente para el alumno que viene sólo con la intención de aprender a pintar, bien porque asume de entrada que lo suyo no es el dibujo, bien porque es un tema que lo da por dominado. Y lo cierto es que he visto dibujar muy bien a quien creía que no tenía condiciones para ello, y dibujar fatal a quien se creía mas o menos un Leonardo Da Vinci con el dibujo.

Mi conclusión es que todo está “en el coco” y en una serie de errores básicos que nos impiden dibujar mejor. Es decir, en unos casos es más un tema psicológico que otra cosa y en otros es más de “actitud” que de “aptitud”. Y eso es precísamente de lo que os voy a hablar hoy como lo hago en mi estudio para ayudar a mis alumnos en ambos casos.

De entrada ya te digo que no tienes que esperar unos cuantos años practicando el dibujo para mejorar lo que vienes haciendo si abres tu mente y te cubres de humildad. Porque en eso puede estar la clave para que tu puedas y consigas dibujar mejor.

Bueno… Pues vamos con la tarea.

Todo el problema deviene de una sola cuestión o planteamiento inicial erróneo por no decir absurdo.

El alumno viene siempre asumiendo que esto de saber dibujar es “UN DON” que se tiene o no de nacimiento.

El que está convencido de que él no tiene ese DON renuncia a ni tan siquiera intentar aprender a dibujar, y el que se cree investido de él cree que haga lo que haga y cómo lo haga le tiene que salir bien. PRIMER ERROR BÁSICO PARA NO DIBUJAR MEJOR.

Asi que son dos problemas, o mejor dicho, dos casos distintos que merecen ser estudiados por separado aunque ambos tengan idénticas consecuencias para el pintor aficionado. El primero, como dije, es más unas cuestión de coco, y el otro de actitud que no de aptitud.

¿Cómo voy a dibujar mejor si nunca se me ha dado bien el dibujo?

Yo te devolvería la pregunta con estas otras…

¿Cuánto tiempo llevas dibujando?¿poco, verdad?

¿De pequeño dibujabas mucho?, ¿a que no?.

Muchas veces pensamos que esa habilidad que otros tienen para dibujar es fruto de la Gracia Divina y no porque desde pequeños han cultivado su afición por el dibujo más que nosotros.

Imagina (porque todos en nuestra primera fase educativa hemos tenido una asignatura de dibujo), que un niño llega a su casa con un dibujo que ha hecho en el colegio y recibe por parte de su madre los siguientes elogios…

  • A la vecina… ¡No ves que bien pinta mi niño!
  • Al niño… ¡Que bien Antoñito!… ¡me encanta!… ¡hazle ahora uno a papá!

Imagina ahora a otro que llega con igual ilusión y enseña lo que ha hecho a su padre…

  • Mira papá lo que he pintado en clase.
  • Antonio… ¡Déjate de tonterías y ponte con las matemáticas!.

Ahora imagina la misma situación pero con la gimnasia (todos también tuvimos esa actividad cuando chicos).

Antoñito, que es un niño menudo y pequeño y que su arma de defensa frente a los mayores es correr más que ellos para que no le peguen, en gimnasia siempre gana todas las carreras a sus compañeros obteniendo en los campeonatos todas las medallas habidas y por haber. Cuando llega a casa con tanta medalla sus padres de seguro que lo apuntarán a un centro deportivo por sus enormes condiciones para el deporte.

En cambio, Pepito que es gordito y grandullón y que siempre llega el último de la clase en todas las pruebas deportivas siendo el azmerreir de todos los compañeros, no verá nunca en esta actividad aliciente alguno como para apuntarse a un centro deportivo ni incluso tan siquiera para practicar cualquier tipo de deporte el resto de sus días.

Se trata pués de tener o no desde pequeños una experiencia positiva o negativa con ciertas actividades  la que nos conduce a fomentarlas desde pequeños, o abandonarlas para siempre.

¿Cuántos de vosotros que pensáis que no se os da bien el dibujo lleváis toda la vida dibujando?

¿Cuántos de los que se os dá bien el dibujo no lo lleváis haciendo desde pequeños?

Indudablemente que unos de pequeños dibujan mejor que otros de forma innata, como también, que unos nacen más menudos y atléticos que el resto, pero… ¿qué crees que le ocurrirá al que dibuja mejor si no sigue dibujando al salir del colegio?… ¿llegará a dibujar tan bien como un compañero suyo, que dibujaba peor que él en la infancia, y luego se hizo licenciado en Bellas Artes?

Es un tremendo error refugiarse en ese absurdo MITO de que si no dibujamos bien es porque no tenemos ese DON para el dibujo sin pensar antes en el contacto que hemos tenido en nuestra vida con esta actividad.

Mi experiencia es bien distinta al respecto. He visto a cantidad de alumnos, convencidos de inicio de que el dibujo se les daba fatal, dibujar sus motivos pictóricos sin ningún problema al poco tiempo de estar en mi estudio. ¿Fórmulas mágicas?… ¡Solo una!… Demostrarle al alumno que con simples técnicas de dibujo el también sabe y puede dibujar sin complejo alguno. Eso sí, para ello debe asumir antes que el dibujar SE APRENDE, y este sí que es un reto difícil para cualquier docente.

No se trata de enseñaros aquí esas técnicas de dibujo para que los que pensáis así dibujeis mañana mejor (ya publicaré algo al respecto), pero sí quisera que penséis que sea cual sea vuestro nivel o habilidad con el dibujo nada os impide dibujar mejor aprendiendo cómo hay que hacerlo. Quizás, y para no frustrar tus espectativas con este artículo bien te pudieran valer los consejos que a continuación les doy a los que creyendo que ya saben dibujar lo hacen fatal para lo bien que lo podrían hacer si cambian algunos hábitos erróneos.

Actitudes que nos impiden dibujar mejor

Como dije antes, el no dibujar mejor es más una cuestión de “actitud” que no de “aptitud”, es decir, tener una serie de comportamientos erróneos dibujando, que no, no poseer unas condiciones optimas para el dibujo.

Veamos estos comportamientos erróneos y el porqué no nos permiten dibujar mejor.

No prestar la suficiente y debida atención.

  • ¿No ves que esta línea llega hasta aquí?
  • Si. Pero más o menos ¿no?

Este diálogo no hay día que no lo tenga con algún alumno.

El dibujo no puede ser “más o menos”, tiene que ser igual que el modelo y para ello antes de trazar nada debemos asegurarnos de tomar medidas (aunque sea visualmente), proporciones, inclinaciones, etc.

Cuando recurrimos a esta frase del “más o menos” es bien porque hemos tenido un exceso de confianza, o bien porque no hemos dibujado nosotros sino nuestro cerebro (que para el caso es lo mismo). Y no hay nada peor que dejar que dibuje él por nosotros.

Para nuestro cerebro, una recta es una recta y no una curva, por lo que si tenemos que dibujar una recta y no prestamos la suficiente atención de comprobar antes de trazar, dónde empieza, dónde termina, qué inclinación tiene y todo ello puesto en relación con lo que ya tengamos hecho, CUALQUIER LÍNEA RECTA QUE DIBUJEMOS (si se parece más o menos) nuestro cerebro la dará por correcta y te pedirá que continúes, sea o no igual a la que teníamos que dibujar. Es decir, todo lo que sea que nuestro cerebro memorize algo y lo dejemos hacer por sí solo nada bueno nos va a aportar.

Si quieres comprobar esto haz el siguiente ejercicio en tu casa (sin hacer trampas).

Sitúate de perfil a tu caballete y pon tu mano izquierda (para diestros) a la altura de tus ojos todo lo alejada que puedas; ahora trata de dibujar tu mano SIN MIRAR AL PAPEL.

Ahora comprueba que efectívamente, sin mirar al papel, has dibujado una mano, es decir una figura que aparenta cinco dedos. Evidentemente te dirás que esa no es tu mano. Parece una mano pero en nada se parece a la tuya.

Ahora haz lo mismo pero ya sí puedes ver el papel mientras la dibujas.

¿Qué,… sorprendido?. Habrás visto que ahora has vuelto a dibujar una mano (es decir, algo que representa cinco dedos), pero que sigue sin parecerse a la tuya. Entonces la pregunta es evidente… ¿De que nos sirve mirar o no mirar el papel cuando dibujamos?. En ambos casos hemos dibujado algo que se parece a una mano, pero en ninguno hemos conseguido dibujar nuestra mano. ¿Qué ha ocurrido?, pues que en ambos casos ha dibujado tu cerebro y no tú. Tu cerebro sabe de memoria que una mano tiene cinco dedos y no le hace falta mirar al papel para representar esa forma, pero aunque lo mire, seguirá tratando de representar esa forma sin importarle las proporciones, inclinaciones, tamaños o lo que quiera que aún viéndolo tu a él le es indiferente para representar (dibujar) una mano, NO TU MANO.

Decía antes que no prestar la suficiente atención cuando dibujamos es lo mismo, o trae las mismas consecuencias, que si dibujamos de memoria. En ambos casos dibujará nuestro cerebro (de memoria) y no nosotros dirigiendo en todo momento lo que tenemos que ir dibujando trazo a trazo.

Normálmente esto (de no prestar la suficiente atención) le suele suceder al que va de “sobrao”, es decir, al que está convencido que tiene “el DON” de saber dibujar muy bien y descuida en parte o en todo la técnica del dibujo (tomar referencias, inclinaciones, medidas, etc.). Lo sabe hacer, pero como lo sabe, se confía en que haga lo que haga seguro que lo estará haciendo bien.

Pero a veces la falta de atención no es voluntaria, sino consecuencia de erróneas costumbres que solemos tener cuando dibujamos. Costumbres que al final permiten igualmente que nuestro cerebro trabaje de memoria por nosotros. Veamos esto más despacio.

Dibujar más que observar.

Siempre les digo a mis alumnos que cuando se pinta o se dibuja debemos mirar más al motivo que al lienzo o al papel. Lo correcto es tener la mirada clavada en el motivo, y sólo de reojo ir viendo lo que vamos haciendo en nuestro soporte. Pero espera… “no se trata de mirar al motivo solo por mirarlo”, se trata de ir “VIENDO”, “MIDIENDO” y “COMPROBANDO” proporciones, distancias, inclinaciones, relaciones de cada zona, de cada curva, de cada línea que vamos a tener que trazar.

Si dibujamos más que observamos estaremos dibujando de memoria. Si observamos más que dibujamos no necesitaremos nuestra memoria.

Otra cuestión es lo de “mirar de reojo a nuestro soporte mientras dibujamos”. Una cuestión tan importante o más que la anterior que casi nadie suele tener en cuenta. Otro de los errores de actitud que nos impiden dibujar mejor.

Empezaré por definir cual es la postura perfecta para dibujar bien.

Es aquella en la que podamos ver a la vez motivo y soporte con sólo mover los ojos.

Todo lo que no sea esto nos hará dibujar (pintar) de memoria.

dibujar mejor

Postura correcta para dibujar. Modelo y soporte siempre en nuestro campo de visión

De esta forma, con un solo movimiento de ojos podremos ir comparando lo que vamos dibujando en nuestro soporte (mirando de reojo), con las formas reales de nuestro modelo sin necesidad de memorizar nada.

Ahora, veamos de qué otras formas NO DEBEMOS DIBUJAR

Dibujar sentado con el soporte y motivo sobre una mesa.

Esta forma de dibujar nos trae no uno, sino dos problemas para hacerlo bien. Mira la siguiente imagen.

dibujar mejor

Dibujar así nos deformará nuestro dibujo y nos hará utilizar la memoria.

Si observas la imagen, adoptando esta postura mientras dibujamos veremos nuestro motivo “en perspectiva” mientras que nuestro soporte lo tendremos más frontal. La consecuencia de ello es que las proporciones a lo largo del motivo (A) las veremos más reducidas que en nuestro soporte (B) mientras que a lo ancho las veremos iguales las dos, es decir, de seguro que deformaremos nuestro dibujo con respecto al motivo.

El segundo problema es que para mirar el motivo tendremos que levantar la cabeza, memorizar algo, y luego volver al soporte para dibujarlo DE MEMORIA y no comparando visualmente lo que vamos haciendo.

Dibujar sentado con el motivo frente a nosotros.

Es más o menos igual que en el caso anterior.

dibujar mejor

Alzamos la cabeza para ver el motivo y memorizamos algo que vamos a dibujar.

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Cuando volvemos al soporte no tenemos otra posibilidad que dibujar de memoria

Se puede dibujar sentado, ¡Claro que sí!, pero no de ninguna de estas formas.

Lo suyo, y lo correcto es hacerlo con el soporte en vertical, pero ojo, tampoco de cualquier forma. Hay que hacerlo retirándonos del soporte. Con el brazo estirado.

dibujar mejor

De pié y retirado con el brazo estirado es lo correcto

Dibujar pegado al soporte

Dije anteriormente que debemos mantener siempre en nuestro campo de visión modelo y soporte para poder observar más que dibujar y para poder ir viendo y comparando (de reojo) el motivo con lo que vamos dibujando. Pues bien, esto tampoco lo podremos hacer si nos pegamos al soporte.

Pongamos por ejemplo que colocamos nuestro motivo en la parte superior de nuestro soporte.

dibujar mejor

Motivo en la parte superior pero sin alejarnos del soporte.

Teóricamente ambos, motivo y soporte, los tenemos en nuestro campo de visión, pero si nos acercamos mucho al soporte, tendremos que levantar la cabeza y volverla a bajar para trazar aquello que hemos “memorizado”. Si nos alejamos más, no tendremos que memorizar nada. De reojo podemos ver ambas cosas al mismo tiempo y no tendremos que memorizar nada.

Ahora hacemos lo mismo pero colocando el motivo al lado del soporte.

dibujar mejor

Pegados y con el motivo al lado del soporte

Ocurrirá exactamente igual que en el caso anterior si ello nos obliga a girar la cabeza para ver el motivo y luego lo que estamos dibujando.

En definitiva, todo lo que sea dibujar de memoria algo que hayamos visto nos impedirá dibujar mejor. Por el contrario, Si prestamos más atención a lo que hacemos, viendo y teniendo la posibilidad de comparar lo que vamos haciendo con lo que tenemos que hacer, de seguro que dibujaremos mucho mejor y de forma instantánea.

Las claves del dibujo para mí son y por este orden.

  • Observar más que dibujar.
  • Hacerlo en la postura correcta.
  • No hacerlo nunca de memoria.
  • Utilizar siempre la técnica del dibujo artístico aunque creas que eres un fenómeno dibujando.

Espero que con estas reflexiones y estos consejos puedas dibujar mejor de como lo haces ahora. Pero sobre todo, abre tu mente a que tu puedes dibujar bien si aprendes las técnicas del dibujo, y sé humilde cuando creas que esto del dibujo está para ti “chupao”, no abandones nunca la técnica si la tienes.

Si te gustó, como siempre, comparte o deja tu comentario. Volvemos de vacaciones con fuerzas renovadas. Nos vemos pronto.

Hangel Montero